Igartubeiti y su entorno en enero

02/01/2019
Así dice el refrán: “ urtarril hotza, neguaren bihotza”, enero es el corazón del invierno, también se conoce como “hilbeltza, neguila, izotzila… Todos estos nombres hacen referencia al frío, hielo, nieve y a la poca luz. El principio de año no nos tendrá muy atareados con los trabajos de la huerta. Es momento de tener paciencia y pensar y planificar qué vamos a hacer y cómo. Estamos en pleno invierno, la tierra está descansando, aprovecharemos para ralizar otros trabajos.

LA HUERTA

Dejaremos a la tierra descansar, pero tenemos tareas que hacer: cuidar y mejorar el compost (imprescindible durante todo el invierno), mejorar y reparar el invernadero, llevar a cabo el abono de la tierra. El hecho de no tener que realizar ninguna plantación en la huerta, no significa que la huerta esté parada ni que nosotros/as no tengamos nada que hacer.

De todas formas, si el tiempo nos permite y de antemano hemos abonado la tierra podemos sembrar habas, guisantes o perejil para que brote en primavera. 

En noviembre sembramos lino en Igartubeiti, detrás los puerros.

Debemos cuidar también los pequeños huertos de flores del entorno del caserío para que en primavera estén rebosantes de color. Por un lado, es recomendable ponerlas a resguardo, o por lo menos cubrirlas para que el hielo no las estropee del todo. Procurar que el saco, plástico… que hemos puesto para cubrir no toque la planta. Para aguantar bien el invierno les echaremos abono orgánico.

Durante el invierno es común ver los pensamientos en flor entorno a los caseríos. Esta planta, de la familia “Viola tricolor”, tuvo mucho éxito durante el siglo XIX, en la época de la expansión de los jardines urbanos en todas las grandes ciudades de Europa.

EL ENTORNO

Observando el entorno entendemos por qué enero se ha llamado el mes del hielo. Por las mañanas es común que encontremos nuestros prados y campos cubiertos de un manto blanco, es decir con hielo. El ganado, sin pasto verde y con las heladas ya está en la cuadra, a la espera de que pase el invierno. Y lo árboles en este momento han perdido toda su vestimenta, al quedarse sin hojas, ya que se ha parado la actividad de la sabia.

El manzanal de Igartubeiti en invierno

Sin embargo, en los caseríos, este periodo de aparente inactividad, no era exactamente para descanso del campesinado. Es el momento para llevar a cabo otros trabajos o preparativos de cara a primavera.

Como hemos comentado, en esta época el ganado no anda pastando, por lo que se puede aprovechar para mejorar o restaurar el cercado.  Hoy en día nos hemos acostumbrado a ver cercados de alambre, pero históricamente también se han utilizado otros materiales. Por un lado, para las estacas se utilizaba la madera de castaño, y hoy en día se está utilizando la madera de la acacia.que aguanta bien la humedad. Y por otro lado, para cerrar el cercado también podemos utilizar madera o como antiguamente, el avellano. Las ramas más firmes del avellano que nos han quedado después de hacer la poda, se pueden utilizar para construir el cercado. Además como es muy flexible, podremos darle diferentes formas o hacer un trenzado.

El cercado de Igartubeiti, con las ramas del avellano

También podemos hacer el cercado alrededor de la huerta, pero para ello debemos plantar diferentes arbustos, árboles frutales, flores… a modo de cercado natural, ya que se resguardarán diferentes tipos de animales que serán parte del ecosistema natural de la huerta. También podemos hacer pequeños refugios con ramas, madera, piedras para que estos animales habiten nuestra huerta, para interactuar en ella. El erizo por ejemplo se alimentará de limacos, la mariquita se ocupará del pulgón, las luciérnagas de los caracoles, las arañas también se ocuparan del pulgón y de diferentes insectos o los murciélagos también serán de mucha ayuda.  Además, aprovecharemos el mes de enero para ir construyendo este cercado natural ya que es el momento de plantar arbustos o árboles que pierden la hoja.

 Arbustos, frutales... entorno a la huerta

Y por último, no nos tenemos que olvidar de una tarea básica, el abonado de la tierra, utilizando el compost, el estiércol y también la cal. A partir de enero, conviene pintar con cal los troncos de los frutales, en especial los manzanos.