La alcachofa: la reina de abril

13/04/2021
Abril también se conoce como jorraila en euskera. Precisamente, porque es el mes en el que se escarda la tierra. Se aprovecha para eliminar las hierbas que no queremos tener en el huerto. De hecho, hay un baile folklórico que se llama jorrai-dantza. Dejemos a un lado el baile y hablemos de la estrella de abril: la alcachofa

Cada vez son más los trabajos de que tenemos en la huerta. Pero ahora nos centraremos en la siembra y las plantaciones. Aunque, también, podemos seguir abonando la tierra y añadir cal. Como hemos dicho, los trabajos de siembra y plantación serán las protagonistas a partir de este mes. Podemos empezar a sembrar el brócoli, la col de bruselas, el puerro, etc. En  cuanto a los labores de plantación, podemos plantar cebolla, espinaca, calabacín, tomate, pimiento verde, pimiento rojo, borraja, apio, espárragos, calabaza. También con los pequeños de la casa podemos plantar diferentes tipos de lechuga o la alcachofa, que es la estrella de abril.

Aunque la alcachofa es de clima más templado, también se pueden plantar en el clima de Gipuzkoa y Bizkaia. Sin embargo, aquí una lista de cosas que debemos tener en cuenta:

  1. No plantar en tierras arcillosas, porque se ahoga;
  2. Antes de plantar fertilizar muy bien la tierra, porque le gustan las tierras ricas;
  3. Se recomienda plantar en un terreno bien drenado y bien escardado;
  4. Y por último, en invierno deberá protegerse del frío y la lluvia. Algunas personas les echan paja para protegerlas y otros les ponen una especie de boina o capa. Las dos son válidas, y varían según el clima.

Esta planta, aunque puede durar hasta 6 años, se recomienda cambiarla cada 3 años. Pronto comenzaremos a disfrutar de la cosecha, y si la dejamos durante más tiempo podremos apreciar una flor preciosa.

A continuación, os contaremos algunas curiosidades sobre la alcachofa. Antes de empezar, ¿sabéis cuál es el nombre científico de la alcachofa? Pues, se conoce como Cynara scolymus. Su origen se sitúa en el norte de África y los romanos y griegos la tenían como codicia; de hecho, la veían como un alimento afrodisíaco. En efecto, los griegos consideran que era eficaz para el nacimiento de los niños varones.

Hay una leyenda que dice así: Zeus vio a una hermosa mujer llamada Cynara y se enamoró de ella. Así, Zeus decidió llevarla consigo al Monte Olimpo y convertirla en una diosa. Pero, como Cynara echaba de menos a su familia, abandonó el lugar y regresó a su casa natal. Esto enfureció a Zeus y convirtió a Cynara en alcachofa. Dicen que hizo esto porque le recordaba el sabor dulce y amargo del amor.

Ahora hagamos un salto a la Edad Media, ya que en Francia y en España el consumo de la alcachofa comienza entonces. Imaginaros que éxito tuvo en estas tierras que, cuando se colonizó América, los colonos llevaron la alcachofa al otro lado del océano.

Por ejemplo, en California y en Argentina, de no haber ninguna alcachofa ha pasado a tener una producción muy elevada. Pero su epicentro, por excelencia, se ubica en Navarra. Hablando con exactitud, en La Ribera: La alcachofa de Tudela. Se puede decir que, es la variedad que más se cultiva en España.

La alcachofa: la reina de abril

Cynara scolymus.