La exposición "Baserria. Madera, piedra, mito, presente" en Igartubeiti

31/10/2025
Se puede visitar en el centro de interpretación y es una exposición del Instituto de Arquitectura de Euskadi. La han comisariado Ibon Telleria y Jon Arcaraz. Llega al Caserío Museo tras su presentación en la sede del Instituto en Donostia, en julio de 2025

La exposición "Baserria. Madera, piedra, mito, presente" del Insitututo de Arquitectura de Euskadi ha llegado al Caserío Museo Igartubeiti. Comisariada por  Ibon Telleria y Jon Arcaraz, se expone en el centro de Interpretación de Igartubeiti, tras su presentación en julio en la sede del Instituto en Donostia.

Esta muestra quiere poner en valor el patrimonio construido en el medio rural en Euskadi, acentuando sus valores arquitectónicos.

“Baserria. Madera. Piedra. Mito. Presente” muestra el caserío como arquitectura que ha sabido adaptarse y transformarse a través de los siglos a las diferentes situaciones económicas y sociales del País Vasco, hasta llegar a convertirse en la imagen central del paisaje rural vasco.

Al mismo tiempo, revela y desmitifica a través de la ciencia y la arqueología la imagen idealizada que se ha ido creando de esta tipología arquitectónica por parte de las artes y la literatura, impactando de forma profunda en el imaginario colectivo.

La propuesta expositiva se divide en 4 ámbitos que dan título a la muestra: madera, piedra, mito y presente. 

Madera

La exposición desvela cómo eran los primeros caseríos cuyo rastro había permanecido oculto durante siglos. La investigación ha documentado que los orígenes de esta arquitectura emblemática se remontan al siglo XV, cuando el territorio estaba articulado por pequeños asentamientos dispersos estratégicamente ubicados a media ladera.

Lagar Igartubeiti

 

 

 

 

 

 

 

Dendrocronología: cuando los árboles cuentan la historia
Los ejemplares más antiguos conservados corresponden a los "caseríos lagar", auténticas unidades de producción agrícola donde la madera constituía el material constructivo absoluto. La exposición presenta los resultados de investigaciones realizadas con dendrocronología y estudios arqueológicos que han posibilitado reconstruir virtualmente el aspecto original de estas construcciones.

Esta sección permite al visitante comprender cómo la madera no solo fue el material fundacional de la arquitectura rural territorial, sino que determinó una forma específica de habitar que perduraría durante cinco siglos.

Para ilustrar el importante papel de la madera, en la sala se exhiben fragmentos de cada pieza que compone la estructura de un caserío: pilares, viga, tornapunta y ligazones.

Además, se presentan seis muestras de diferentes caseríos para su estudio y datación dendrocronológica. Así mismo dos maquetas complementan la explicación estructural: una impresa en 3D del pórtico con la pieza central del lagar del Caserío Gomestio y la otra representa el modelo ideal de una estructura de pórticos estandarizada de los caserios de madera del siglo XV desarrollada en el Fablab de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Pública del País Vasco.

Piedra
La crisis económica del siglo XVI marcó un punto de inflexión en la evolución arquitectónica territorial. Los antiguos caseríos lagar, que habían funcionado como prósperos centros de producción comercial, experimentaron una transformación radical: su vocación cambió hacia el autoabastecimiento familiar, domesticando una tipología que hasta entonces había estado orientada exclusivamente al mercado.

Baserria_Piedra

 

 

 

 

 

 

Revolución constructiva
La verdadera revolución constructiva de este período fue la irrupción de la piedra como material dominante. 
La transición hacia la piedra no fue meramente técnica: reflejó una nueva concepción del habitar que perdura hasta nuestros días. En la sala se muestran los diferentes tipos de piedra labrada que se usaban en la construcción de los caseríos. 

Mito
El siglo XIX supuso un antes y un después para el mundo rural. Durante la primera mitad del siglo, los sucesivos conflictos armados como las Guerras Carlistas enfrentaron al mundo rural y urbano. Durante la segunda mitad, la expansión de las ciudades y villas que derribaron sus murallas, junto con una incipiente industrialización, alteró enormemente el equilibrio poblacional entre el mundo rural y urbano en detrimento del primero.

La pérdida de población afectó de forma trascendental al modelo económico social del caserío, dando lugar a un paulatino declive que anunciaba su final. Los caseríos construidos en esta época son, por lo general, los más pobres en calidad arquitectónica.

Baserria_Mito

 

 

 

 

 

 

 

Idealización del mundo rural
Simultáneamente, y como respuesta a la sensación de ocaso de todo el universo rural territorial, da comienzo un proceso de mitificación del mismo a través de las diferentes disciplinas artísticas. Estas consiguen cristalizar en sus obras una visión idealizada del caserío con el afán de preservarla ante su desaparición. A través de novelas, pinturas, dibujos, fotografías e ilustraciones se codifica una imagen incompleta y a menudo ficticia del caserío que pasará a formar parte del imaginario colectivo que ha llegado hasta la actualidad.

Presente

Son muy escasos los caseríos que todavía mantienen el modelo tradicional de producción y vivienda. Las regulaciones vigentes y futuras, tanto en materia de vivienda como de explotaciones agropecuarias, condenan el modelo a su definitiva desaparición. Las estructuras contemporáneas de producción agrícola, mucho más industrializadas y de mayor escala, han disgregado totalmente las diferentes actividades del caserío, dando lugar a nuevas agrupaciones arquitectónicas que poco tienen que ver con una construcción unitaria y compacta.

Baserria_Presente

 

 

 

 

 

 

Entre la memoria y el futuro
La extinción definitiva del modelo original no ha supuesto un final, sino que ha propiciado la separación de este concepto en dos líneas que evolucionan de manera independiente. Por un lado, la imagen del caserío como elemento del paisaje territorial surgida en el siglo XIX, constantemente reinterpretada y adaptada a todos los contextos posibles. Este fenómeno ha sembrado el territorio de infinidad de nuevas arquitecturas que han pretendido replicar esta imagen con irregular fortuna.

Por otro lado, permanece el ingente patrimonio construido de miles de caseríos distribuidos por el territorio, muchos integrados en ámbitos urbanos o industriales, otros diseminados en el medio rural. Numerosas construcciones han sido abandonadas pese a su valor patrimonial, planteando el desafío de reinventar su uso para las necesidades del siglo XXI, escribiendo así un nuevo capítulo en su milenaria historia.

En esta última parte de la exposición está compuesta por las piezas de iniciativas que han ido recogiendo la necesaria reflexión entorno al presente y futuro del caserío: los calendarios y fotografías extraídas del proyecto Neoberri de Atari y Espacio Reflex, materiales surgidos de la iniciativa RHIZOMA (un proyecto comisariado por los arquitectos Victoria Collar, Jon Garbizu , Gonzalo Peña y Diego Sologuren, en colaboración con Egoin Wood Group y Chillida Leku).