La huerta de Igartubeiti en diciembre

05/12/2017
Así dice el refrán: “elur melur, ez nauk/n hire beldur, etxean badiat/ñat arto eta egur”. Es decir, si se ha recolectado la cosecha de maíz, y preparado la leña, el caserío aguantará el invierno. En diciembre, exactamente el día 21, llega el invierno que siempre lo relacionamos con el frío y la nieve. Sin embargo, también guarda historias y creencias de nuestra propia cultura e imaginario colectivo, algunas de ellas relacionadas con el fuego del caserío, como señal del final de un ciclo y comienzo de uno nuevo (Eguberri-Egun-Berri).

LA HUERTA

En invierno, si previamente hemos realizado todas las tareas necesarias, la huerta no nos tendrá muy atareados/as. Realizadas las últimas plantaciones, la tierra debe reposar, descansar, pues el invierno nos afecta a todos/as. 

En cuanto a las últimas plantaciones del año, en Igartubeiti, por un lado, hemos plantado cebollino, planta de la familia de la cebolla y que tiene sus mismas propiedades, pero en dosis menores. También es más tierno y suave, razón por la que es una planta muy estimada entre los cocineros/as. En cuanto a sus orígenes, procede de Asia, exactamente de la actual Palestina, y se cultiva desde hace miles de años. Podemos plantar/sembrar cebollino de tres maneras: la semilla, el bulbo y la planta. En Igartubeiti hemos plantado la misma planta. Se puede plantar en otoño e invierno, pero conviene plantar antes de las primeras heladas. Igual  que con el puerro, conviene abrir una zaga en la huerta y colocar las plantas, dejando un espacio de 15 cm de una a otra. Hay que echarles un poco de agua y tapar la parte de las raíces con tierra. Conviene plantar en un rincón donde le dé el sol, y abonar la tierra en abundancia. El cebollino también tiene diferentes utilidades, por ejemplo, como planta medicinal para enfermedades respiratorias, del hígado etc.

Cebollino en la huerta de Igartubeiti

En esta época del año, también, se pueden plantar guisantes. En Europa, se consume desde hace miles de años, y hoy en día podemos encontrar diferentes variedades. Se trata de una planta trepadora, debemos preparar una estructura como una especie de red, para que la planta se pueda sujetarse en ella. La estructura conviene prepararla antes de que empiece a crecer, y poco a poco ir atándola a esta estructura. Por costumbre, los guisantes se siembran en hileras largas, dejando 70 cm de una hilera a otra. El guisante aguanta muy bien en invierno. Aunque le gusta el sol, absorbe muy bien la humedad y puede aguantar una temperatura de  hasta -6C. Al ser una planta leguminosa, no necesita una tierra muy ácida y produce mucho nitrógeno. Por eso es conveniente después plantar alguna verdura que tenga hojas para absorber el nitrógeno que ha quedado en la tierra. A mediados de primavera podremos recoger la cosecha.

Pero la huerta no es únicamente plantar y recoger la cosecha. Es imprescindible observar todos los elementos del entorno, para poder interpretar en qué momento y en qué situación está la naturaleza, como han hecho los campesinos/as durante sus vidas. Y entre esos elementos está la tierra, siempre identificándola como un sujeto, como ser vivo. El invierno también afecta a la tierra. Después de todo el año en activo, la tierra necesita su descanso. En invierno, la tierra se enfría, se autorregula de la propia naturaleza, debemos eliminar las bacterias y las plagas que pueden afectar a la tierra ya que en está época está indefensa, y debemos protegerla. Por eso en Igartubeiti, hemos construido un nuevo compost de madera, para reutilizar los desechos que producimos en la huerta como abono orgánico. Es un compost de dos fases. Es decir, primero cubriremos una parte, para que se vayan descomponiendo los diferentes restos. Cubierto el primer hueco, echaremos los restos al otro. De esta manera, obtendremos nuestro propio abono para esparcirlo en la huerta. Así, podremos ir fertilizando la tierra de manera ecológica y abasteciéndola de energía, convirtiéndose en alimento para las futuras plantas. Por eso, en aquellos lugares donde no hemos plantado nada, cubriremos la tierra con este abono, de esta manera estará lleno de vida en primavera. 

La nueva compostera de Igartubeiti

ENTORNO

En Igartubeiti, poco a poco, los diferentes árboles se van quedando sin hojas, y el frío ha hecho que las diferentes plantas y flores se vayan encogiéndose o cerrándose. Sin embargo, varios árboles serán protagonistas durante el invierno. El ganado se alimentará en el establo de fresno, lizarra en euskera. A finales de verano, conviene cortar ciertas ramas de fresno para hacer como una especie de ramos (sortak),  que guardaremos en el desván. Si el invierno es largo y hay escasez de alimentos, el ganado se alimentará de las hojas de fresno. El fresno también es importante por su simbolismo. De ahí, por ejemplo, el nombre de una ciudad que fue estratégica, política y culturalmente, para el Reino de Navarra, Lizarra-Estella. El nombre lizarra también aparece en muchos apellidos y en la toponimia: Lizarrate, Lizarraga, Lizaralde, Lizarrusti, Lizardi, Lizartza… Según dicen, el nombre lizarra viene de izarra (estrella). En los caseríos, por costumbre se plantaba un fresno en el entorno, también al lado de las cabañas de los pastores, como amuleto contra los rayos. Además, al tener raíces anchas que se expanden mucho bajo la tierra, es un buen distribuidor de agua, evitando inundaciones y movimientos de tierra. 

En diciembre, poco a poco, los últimos rebaños que quedaban en los altos pastos regresan a los establos de los caseríos, en algunos casos, al no haber espacio para todos, pastan en el entorno del caserío. Antiguamente, la gestión del entorno y la propiedad era muy singular y particular, el baserritarra tenía derecho a hacer uso de las tierras comunales, así el ganado no pasaba todo el invierno en la cuadra. Debido a diversos sucesos (Las Guerras Carlistas, la desamortización, la Industrialización…) este modo de gestión y de estrategia ha desaparecido. Hoy en día el baserritarra debe construir cercados con estacas para los pastos y para ello utiliza la madera de acacia. Es muy dura, y aguanta muy bien los cambios de temperatura y también la humedad. Además, no necesita ningún tratamiento.Se ha adaptado al entorno y es parte de nuestro paisaje cultural. Las abejas aprecian este árbol y es bueno para la polinización, de ahí la miel de acacia. 

Diciembre, el momento de disfrutar del invierno alrededor del  calor de la cocina. 

Cuidados de la huerta. En colaboración con Jakoba Errekondo.

  • Proteger las plantas que tengamos en la huerta (tapar o envolverlas) para que el hielo no las estropee del todo.

  • Aquellas plantas que tengamos en los tiestos ponerlas a cubierto.

  • Eliminar las malas hierbas de vez en cuando y remover la tierra con la azada para levantarla. Así el agua entra y sale más fácil.

  • Quitar y quemar las frutas podridas que han quedado en los árboles. Sino durante el invierno la enfermedad se queda en el árbol y hay riesgo de que se active en primavera.

  • Proteger la tierra y dejar que descanse. En parcelas que no estén sin plantar cubrirlas de abono orgánico.

  • Últimos días para recoger la cosecha de maíz y de alubias.

  • Esparcir los frutos y plantas que hemos dejado para obtener semillas,  para que se sequen bien.

  • Seguir cortando helecho para la cuadra

  • Es el momento de plantar las plantas de invierno: narciso, iris...

  • Recoger ramas de diferentes árboles, por ejemplo las del fresno, como alimento de invierno para el ganado.

  • Plantar árboles que no pierden la hoja (acebo, laurel…)