La huerta de Igartubeiti en noviembre

01/11/2017
Así dice el refrán: “azaroko eguna, argitu orduko iluna”, es decir, a partir de noviembre empieza a acortar el día. De la misma manera que el sol, los pastores que están todavía en los altos prados, agrupan a su rebaño y comienzan la bajada hacia los valles. En los caseríos, noviembre ha sido la época para sembrar el trigo. Y como no, el momento para disfrutar de las castañas asadas y encender la chimenea. Estamos a las puertas del invierno. En la huerta es el momento de plantar lo siguiente: fresas, escarola, borraja, puerros, espinacas…

LA HUERTA

Como ya se ha dicho, en noviembre en los caseríos se llevaba a cabo la labor de sembrar el trigo, que luego se recogería en julio.  Junto con otros alimentos, el trigo ha tenido crucial importancia en la historia del caserío vasco. El cuento popular de San Martin Txiki de Ataun, relata cómo los “baserritarras” aprendieron, o incluso “robaron” el arte y el conocimiento de sembrar y plantar el trigo a los Basajun, es decir a las “vascos” de la prehistoria. Desde ese momento, el trigo ha acompañado al baserritarra hasta la actualidad. Además ha sido un viaje en el que el trigo ha estado presente en diferentes revueltas y conflictos, ya que era la “moneda” para pagar la renta, el diezmo etc. 

Pero hoy en día ya se ha dejado de sembrar el trigo en los caseríos. Por lo que hablaremos sobre otros productos que tenemos en la huerta de Igartubeiti. Uno de ellos es la fresa. La época para plantar la fresa suele ser a finales de octubre y noviembre, y la fruta la recogeremos a finales de primavera. Después, otra vez, en invierno le dejaremos en reposo. Su nombre científico en latín es “fragaria”. Del cual viene la palabra fragancia. Es decir, le dieron ese nombre por el buen olor de la fruta. Es una fruta delicada. Le gusta una tierra que tenga muchos nutrientes y fresca, y además, en verano hay que echarle mucho abono orgánico y regarla en abundancia. Debido a su olor, atrae a muchos insectos y por ello hay peligro de que aparezcan plagas en la huerta. Por eso, conviene planatar o poner a su alrededor ajos, para evitar las plagas. Este verano hemos tenido el placer de degustar las fresas de Igartubeiti. Pero ahora habrá que esperar un poco más hasta la primavera…

Las fresas de Igartubeiti en noviembre

Por otro lado, de cara al invierno, es el último momento para poder plantar otro produtco, que es un tanto especial: la espinaca. En el caserío vasco, no ha habido mucha costumbre de plantar espinacas, pero segín van cambiando los gustos culinarios, cada vez tiene más presencia en las huertas. Hace ya muchos años, trajeron los arabes desde Persia. Y ya en el siglo XII, un famoso agrónomo de Al-Andalus, escribió que la espinaca es la reina de las verduras de entre las que comemos la hoja, y que además tiene propiedades muy saludables. Le gusta una tierra fresca, y que tenga mucho abono orgánico. En los días calurosos conviene regarla bien, sino las hojas empiezan a secarse. Por ejemplo, podemos plantar la espinaca en la tierra donde han estado diferentes leguminosas, para que absorba el nitrógeno que ha quedado en la tierra. 

Por otro lado, durante noviembre, en los caserío se llevaba a cabo una actividad muy particular: “txarri bodak”, “puskak” edo “txerri hiltzea”; es decir “la matanza del cerdo, para luego entre otras cosas poder elaborar morcillas. Además, esta actividad llevaba consigo una eficacia social, puesto que redefinia a traves de esta actividad las redes de relaciones sociales que unía un caserío/familia con la otra. Pero que tiene que ver esto con la huerta? Pues por ejemplo, para la elaboración de la morcilla, se necesita tanto puerro como orégano. El orégano se conoce como hierba medicinal o hierba aromática, o incluso como “odolki-belar”, es decir como “la hierba de la morcilla”. En nuestros campos, durante primavera y verano suele crecer mucho, y conviene recoger en esta época y poner a secarlo. Ya que si tiene humedad no tiene tanto olor. También se puede plantar orégano en las huertas, ya que su olor atrae a las abejas y mejora la polinización. 

ENTORNO

Estamos de lleno en otoño. Eso nos están relatando los árboles de los alrededores. Las hojas llenan todo tipo de rincones con tonalidades marrones, rojizos y verde oscuro, y las bellotas y las castañas se entremezclan entre las hojas. Y como no, ya se han encendido los primeros fuegos en los caseríos…

El mes pasado, habalmos sobre algunos frutos secos de otoño, como la nuez y la avellana. Pero hay más, y además también guardan su historia y culturua. Por ejemplo la castaña, que es el fruto del castaño. En el País Vasco, la castaña se ha utilizado desde los tiempos inmemoriales. Se dice que los soldados de a legión del Imperio Romano, llevaban una bolsa de castañas cuando hacían viajes largos. Además, junto los otros frutos secos ha sido el alimento y sustento imprescindible de los caseríos, castañas asadas, castañas cocidas, harina de castañas... Algunos comentan que en los caseríos la llegada del invierno se celebraba comiendo castañas alrededor del fuego. Ha sido abundante en los bosques a pesar de que a finales del siglo XIX le atacara una epidemia. Además de la fruta el propio árbol también tiene sus cualidades y funciones. Por ejemplo, su hojas se ha usado como hierba medicinal para los diferentes enfermedades respiratorias, Y por otro, la madera del castaño se utiliza para hacer muebles, barricas de sidra y diferentes utensilios. 

Las castañas ya han caído

Alrededor de Igartubeiti, también podemos encontrar otro tipo de fruto, que muchas veces no le hacemos mucho caso, pero que esconde mucho misterio, como el propio árbol. Son la bellota y el roble. En este momento, los alrededores de Igartubeiti están llenos de castaña y de bellotas. Hay un dicho que dice “ezkur urte, elur urte”, es decir el año que caigan muchas bellotas habrá muchas nevadas. Pero a parte de los refranes, la bellota también ha estado en las cocinas de los caseríos, pues en ciertos momentos se ha usado la harina de la bellota para elaborar pan. Pero concretamente ha sido un alimento imprescindible para criar cerdos. Y por otro lado tenemos el roble. Es un árbol que tiene mucho simbolismo y contenido en la cultura vasca. Se dice que antiguamente se reunían alrededor de un roble para hacer reuniones y asambleas populares. Y por otro lado, la madera del roble se ha utilizado en la construcción por sus propiedades. Por ejemplo para construir el caserío Igartubeiti, se utilizaron alrededor de 200 robles. También se ha utilizado la madera del roble en la construcción de los balleneros vascos.

Las bellotas escondidas entre las hojas en los alrededores de Igartubeiti

Para terminar, en relación a la madera, cabe mencionar que a partir de este momento, los rincones de los diferentes pueblos se llenan de olor a fuego de las chimeneas de los caseríos, creando un paisaje tanto otoñal e invernal. Alrededor de los caseríos, ya se puede ver la madera apilada, como las “txondorras” que hacían los antiguos carboneros. 

Cuidados de la huerta. En colaboración con Jakoba Errekondo.

  • Eliminar las malas hierbas de vez en cuando y remover la tierra con la azada para levantarla. Así el agua entra y sale más fácil.

  • Si la tierra está un poco árida, dejar las malas hierbas a su alrededor para hidratarla.

  • Los días de fuerte viento sur proteger las plantas de la huerta.

  • Hay tener cuidado con las primeras heladas. Cubrir y proteger las plantas.

  • Los tomates están en las últimas. Si todavía tienen algún fruto protegerlos de la humedad y del frío.

  • Esparcir los frutos y plantas que hemos dejado para obtener semillas,  para que se sequen bien.

  • Es el momento de cortar la hierba de los prados y echar abono orgánico.  

  • Es el momento de plantar las plantas de invierno: narciso, iris...

  • Conviene recoger el helecho para la cuadra.

  • Recoger ramas de diferentes árboles, por ejemplo las del fresno, como alimento de invierno para el ganado.

  • Cortar las ramas del avellano, para construir cercados o bastones.

  • Plantar árboles que no pierden la hoja.

  • Es el último periodo para talar el haya para la leña del invierno. Por ejemplo haya.

  • Últimos días para recoger las plantas aromáticas y medicinales.