La huerta y el entorno de Igartubeiti en Julio

30/06/2017
“Uztailean igitaia eskuan”, “En julio con la oz en la mano” El mes de julio es el momento para comenzar a recoger las primeras cosechas de verano. A lo largo del tiempo, en esta época las tareas del caserío se organizaban en torno al trigo y al maíz. En San Fermín se recolectaba el trigo y se separaban las hojas sobrantes de maíz, que luego se aprovechaban para hacer colchones y alfombras. En Igartubeiti, recolectaremos el maíz a finales de verano, mientras seguiremos con los distintos trabajos de la huerta.

EL HUERTO

En la huerta estamos en la época de plantar puerros, brócoli, lechuga, coles de Bruselas, albahaca… entre otras verduras y hortalizas.

El sol de junio ha dejado huella en los prados de nuestro entorno. Sin embargo, la huerta de Igartubeiti ha resistido bien los días de bochorno. Ya han aparecido los primeros pimientos de Gernika y las primeras guindillas, preparadas para recoger. El calabacín, además de darle tonalidad a la huerta con su flor amarilla, ya ha dado sus primeros frutos. ¡Estamos de suerte, podremos degustar tanto el calabacín como su flor! 

 Primeros calabacines de Igartubeiti

Las primeras lechugas también están listas. Antes que crezcan hacia arriba y pierdan frescura, las recogeremos y plantaremos nuevas lechugas. ¡Si en estos días estás cerca de Igartubeiti, anímate a llevarte algunas…! Por cierto esta planta necesita mucha agua, por algo en euskera recibe el nombre de “uraza”, col de agua.

La alubia sembrada en junio ha empezado a mezclarse entre los tallos de maíz. De esta manera, le nutrirá con el nitrógeno que necesita.

Por otro lado, hemos entrado en la fase de recolectar la cebolla, una planta que necesita mucho sol para crecer. El mejor momento para recogerla será en los días más calurosos y cuando sus hojas estén de un tono marrón y empiecen a marchitarse.

Los puerros plantados en invierno han completado su ciclo. De la pequeña bolsa que apareció en sus tallos han brotado flores que irán cogiendo un tono morado. Más adelante, las cortaremos y las dejaremos secar delante del caserío. De esta manera, podremos obtener nuestras propias semillas para sembrar puerros el año que viene.Ojo, los puerros conviene plantarlos a partir del Día San Juan y hasta el día San Fermín. En Igartubeiti ya hemos plantado la nueva cosecha.

Los puerros en flor

Las judías casi han cubierto por completo la estructura de avellano. En sus hojas se han reunido un enorme grupo de pulgas. Esta plaga es común, no nos alertemos. La judía es un tipo de leguminosa, planta que tiende a expulsar mucho nitrógeno que a su vez atrae a las pulgas.
En un ecosistema que se retroalimenta, el año que viene plantaremos en este mismo lugar las lechugas y otras plantas, que absorberán el nitrógeno que ha quedado en el subsuelo.

 El pulgón de la judía

ENTORNO

Como dice Jakoba Errekondo, en nuestra cultura, y en general en la cultura atlántica, cuando hablamos de la huerta, no nos referimos únicamente al terreno donde se cultivan diferentes verduras y hortalizas, sino que el propio concepto de huerta/”baratza”, abarca las flores, los árboles frutales y arbustos. Es decir, no se hace la división entre el huerto y el jardín, eso ya sería la herencia de la modernidad.

Alrededor del huerto de Igartubeiti nos encontramos con varias sorpresas. Por un lado, los dos tipos de uva, la “salvaje” y el “andere mahats”, han empezado con fuerza este verano. Antiguamente en los caseríos la uva salvaje vestía toda la fachada principal del caserío, creando una figura que rara vez se puede ver hoy en día.
Estos dos tipos de uva no se utilizan para vino o txakoli, se cultivan como uvas de mesa, pues dan unas frutas muy sabrosas.

También podemos observar una planta que no es muy común hoy en día en los caseríos, pero que da una flor maravillosa, es la “Flor de la Pasión”. En realidad, es una planta “trepadora”, es decir va creciendo y enrollándose entre las otras plantas ayudada por sus peculiares hojas.
Su flor, que aparece con la llegada del verano, tiene una amplia gama de colores y destaca por su intensa esencia. En realidad, su nombre viene de “La Pasión de Cristo”, ya que su forma recuerda a la corona de espinos y en su interior se puede observar una pequeña cruz. 

La flor de la Pasión

Las flores siempre han tenido buena acogida en los caseríos, junto a su función estética se han usado para aumentar la polinización de la huerta. Tanto el color como el olor de la flor atrae a las abejas, principales polinizadoras. Por eso, los/as campesinos/as eran muy conscientes que sin la polinización la amplia gama de plantas, entre otras el manzano, no daría su fruto. ¡No podían correr el riesgo de quedarse sin sidra! En el mundo rural y del caserío, la naturaleza se veía como un entramado de relaciones continuas, en el que el ser humano era otro sujeto más.

Cuidados de la huerta. En colaboración con Jakoba Errekondo.

  • Después de los días calurosos regar abundantemente la huerta. Conviene regar o bien por las mañanas o por el atardecer, cuando esté más fresco. Ya que si regamos en los momentos más calurosos, las plantas se cuecen y se secan.

  • Conviene tener un bidón en una esquina de la huerta, para que vaya llenándose con agua de lluvia, y de vez en cuanto mezclarle ramas de ortiga, para que el regadío sea más eficiente.

  • Echar la mezcla de tabaco, jabón y cola de caballo en las hojas de las plantas para los piojos.

  • Eliminar las malas hierbas de vez en cuando y remover la tierra con la azada para levantarla. Así el agua entra y sale más fácil.

  • Para controlar los caracoles y limacos: esparcir las cenizas del fuego bajo en las esquinas de la huerta. O insertar un vaso o un recipiente en la tierra llenándola con agua y cerveza, para atraer a las caracolas y a los limacos.

  • Es el momento de cortar la hierba de los prados y echar abono orgánico.

  • En los frutales, hacer la poda de verano.

  • De vez en cuando cortar algunas hojas del tomate para que tenga más fuerza.

La huerta y el entorno de Igartubeiti en Julio

Los puerros de Igartubeiti en flor