La huerta y el entorno de Igartubeiti en marzo

27/02/2018
Así dice el refrán: “martxoaren erdin, gau eta egun berdin”, es decir, a mediados de marzo llegará el equinoccio de primavera y se activará la savia de las plantas.

LA HUERTA

La primavera proveerá de la energía necesaria a nuestros huertos. Comienza el ciclo para realizar las plantaciones más importantes del año. 

Las primeras hojas del rosal

A mediados de marzo, se puede comenzar a plantar acelgas. Los diferentes tipos de acelgas que conocemos y consumimos hoy, tienen origen en una acelga silvestre de la misma familia. A pesar de que esta verdura provenga del mediterráneo, tuvo una rápida expansión, adecuándose a climas más fríos y húmedos. Hoy en día, existe una gran variedad de tipos de acelgas, de diversos colores que incluso adornan los jardines de las ciudades.
A esta planta no le gusta el calor ni que la tierra esté árida. Conviene plantarla en la tierra con mucho abono orgánico, dónde el agua circule bien y en un rincón dónde le dé el sol. No le afectan ni el frío ni las heladas, aguanta hasta -14C. Para su cultivo, en primer lugar, hay que hacer un pequeño agujero en la tierra y dejar unos 40cm de una planta a otra y también entre las hileras. Cuando crece la planta, sus hojas cogen bastante anchura, abarcando espacio en la huerta. Al principio, es importante regarla en cantidad y además es conveniente quitar las hierbas que crecen en su entorno.

En cuanto a su cosecha, recolectaremos hoja por hoja, y también el tallo (la penca de la acelga). No conviene recoger todas las hojas de la misma planta a la vez, sino poco a poco, así las hojas continuarán brotando. Si dejamos que alguna de las plantas continúe su ciclo de vida le brotarán unas flores amarillas de dónde se pueden obtener las semillas y será beneficioso para la polinización. Con respecto al consumo, esta verdura contiene potasio, calcio, hierro y otros minerales, se cocina tanto sus hojas como el tallo, es decir la penca. 

La flor de la acelga, en verano del 2017

La eclosión de primavera avivará epidemias o plagas (pulgón, el caracol…) que pueden afectar al huerto. Algunas de las plagas más habituales son:

  • El pulgón: Hay muchas especies diferentes pero todas actúan en la planta de la misma forma. Absorben toda la savia con su aguijón, hasta secarla, además atraen a las hormigas. La mariquita es la defensa natural ante esta plaga, por lo tanto, conviene cuidarla para que esté viva en nuestras huertas. Por otra parte, es conveniente plantar romero y albahaca, su olor ahuyenta el pulgón. También se puede elaborar un caldo de ortiga, ajo o tabaco al que se le añade un poco de jabón, que se esparce en las hojas de las plantas. 
  • El caracol y la babosa/limaco. Se alimentan de las plantas de los huertos, principalmente de las más pequeñas y es difícil controlarlas. Es conveniente cuidar bien las zonas más húmedas de la huerta que es dónde se resguardan. Las siguientes “trampas” también pueden ayudar, introducir la mitad de la botella en la tierra y llenarla de agua y cerveza. Se sentirán atraídos por el aroma de la cerveza y se quedaran atascados en la botella. También esparcir cenizas o cascaras de los huevos alrededor de la huerta para que no puedan moverse.

 

EL ENTORNO

El mes de marzo es buen momento para llevar a cabo la poda de algunos árboles. Al podar, al árbol se le produce una herida, que conviene cerrarla correctamente para evitar enfermedades que pueden complicar el crecimiento del árbol. Para ello no es necesario ningún remedio químico ni ningún ungüento, es la savia del propio árbol  la que cierra la herida con su flujo. Por ese motivo es conveniente hacer la poda a principios de primavera, cuando la savia acaba de activarse.  Las ramas podadas pueden utilizarse para plantar como esquejes. Se puede comenzar podando el geranio, la hortensia, la rosa o los frutales como el manzano. 

El avellano después de la poda

 

 

Por último, podemos plantar algunos árboles y arbustos en nuestro entorno. Eso sí, tener en cuenta que no conviene hacer la plantación en días de mucho frío. En sitios sombríos, aquellas que pierden la hoja, y en los otros rincones las que no pierden. En cuanto a estas, tenemos el acebo. Este arbusto, crece de manera salvaje en los bosques y montañas de nuestro alrededor. Pero al mismo tiempo, en los caseríos se ha utilizado para construir cercados naturales. Casi se puede decir que es un espino, aunque no lo es, por la forma de sus hojas, pues los bordes son muy puntiagudas. La forma de las hojas, está relacionada con la propia defensa que ha generado durante  la propia planta durante miles de años, para defenderse  del ganado. Por eso, muchas veces las hojas que se encuentran en lo alto del arbusto, no suelen tener esas esquinas puntiagudas. Al mismo tiempo, el acebo durante verano y otoño suele dar un fruto rojo, que también aguanta la primera parte de invierno. Este fruto es imprescindible en la alimentación de diferentes aves y pájaros, pues es su alimento durante buena parte de invierno. Su madera es muy gruesa, y es muy apreciada para la ebanistería. Pero además, el líquido que se obtiene de su tronco se ha utilizado en la caza de diferentes aves. Esta extracción, ha afectado y deteriorado  hasta ponerlo en peligro. Por eso hoy en día es una especie protegida, por la importancia que tiene en el ecosistema.

También es época de plantar algunos árboles y arbustos en nuestro entorno, es mejor hacerlo en días que no haga mucho frío. En sitios sombríos, aquellos que pierden la hoja, y en los otros espacios los que no pierden la hoja. Entre estos últimos se encuentra el acebo, arbusto que crece de manera salvaje en los bosques y montañas de nuestro entorno. En los caseríos ha sido utilizado para construir cercados naturales. Parece un espino por la forma de sus hojas, pero no lo es, los bordes son muy puntiagudos. La forma de sus hojas, está relacionada con la propia defensa que ha generado la planta contra el ganado durante miles de años. Las hojas que se encuentran en lo alto del arbusto no tienen las esquinas puntiagudas. Al mismo tiempo, el acebo durante el verano y el otoño da un fruto rojo,  imprescindible en la alimentación de diversas/os aves y pájaros durante buena parte del invierno. La madera del acebo es muy gruesa y muy apreciada para la ebanistería. El líquido que se obtiene de su tronco se ha utilizado en la caza de diferentes aves. Esta extracción le ha afectado y deteriorado hasta ponerlo en peligro, por eso hoy en día es una especie protegida, por su importancia para el ecosistema. 

Las hojas del acebo

 Cuidados de la huerta. En colaboración con Jakoba Errekondo.

  • Proteger las plantas que tengamos en la huerta (tapar o envolverlas) para que el hielo no las estropee del todo.

  • Aquellas plantas que tengamos en los tiestos, ponerlas a cubierto.

  • Eliminar las malas hierbas de vez en cuando y remover la tierra con la azada para levantarla. Así el agua entra y sale más fácil.

  • Proteger la tierra y dejar que descanse. En parcelas que no estén sin plantar cubrirlas de abono orgánico.

  • Extender, las cenizas del fuego o la cal en la huerta (nunca a la vez que el abono orgánico, siempre separado.)

  • Recoger la hojarasca que queda para hacer el compost o  para utilizar como “helecho” para la cuadra.

  • Esparcir los frutos y plantas que hemos dejado para obtener semillas,  para que se sequen bien.

  • Es el momento de plantar las plantas de invierno: narciso, iris, pensamiento...

  • Plantar árboles que pierden la hoja. Si hay riesgo de heladas o mucho frío posponer la plantación.

  • Plantar árboles y arbustos que no pierden la hoja.

  • Los árboles que no pierden las hojas dejerlos como tal hasta primeavera.

  • Quitar y quemar las frutas podridas que han quedado en los árboles. Sino durante el invierno la enfermedad se queda en el árbol y hay riesgo de que se active en primavera.

  • Hacer la poda

  • Plantar las ramas que hemos podado como esquejes (rosa, hortensia, geranio…)





La huerta y el entorno de Igartubeiti en marzo

Igartubeiti en marzo