La construcción de la prensa

Su reconstrucción debía emplear piezas libres de productos, como los insecticidas, susceptibles de perjudicar la calidad y salubridad del producto, por lo que se optó por hacerlo con madera nueva. Los sovigaños son piezas de madera con una sección desmesurada, del orden de 0,60x0,60 m2, se admite que para garantizar la rigidez del conjunto. Lo curioso es que estas tremendas vigas apoyan en dos piezas, la marrana por la parte del frente y la ballesta por el fondo, con secciones notablemente más modestas. Esta paradoja alcanzaba límites inexplicables en la ballesta, pieza así llamada porque las piezas conservadas presentaban, casi todas ellas, sus extremos libres de cualquier apoyo.

Igartubeiti sovigaños de sujeción masera

Los sovigaños hubo que hacerlos con madera nueva. Obsérvese su tamaño en comporación con la viga que los sustenta.

Sobre los sovigaños, separados por interdistancias que no cubren vez su abultada sección, se apoya la masera, grueso entarimado con un espesor de 12-14 cm dotado de alguna pendiente labrada a azuela de modo que escurra controladamente el mosto de las manzanas que se prensan sobre ella. La masera se limita por las cantaleras, suerte de cartolas o parapeto bajo, con un resalte no superior, en principio, al medio metro y con tablas horizontales más destinadas a limitar el área de trabajo que a contener la carga de manzana, pues ésta no debe entrar en contacto con ellas.

Sobre ellas gravita el brazo de la prensa, con el tornillo, la tuerca y la pesa o péndola. El brazo es una pieza sencillamente enorme, para cuya confección fue preciso labrar el tronco de un árbol expresamente elegido.

 Descargando la palanca de la prensa

Descargando la palanca, véase su tamaño.

La péndola, de piedra compacta local, ofita, se labró igualmente al efecto, con un mecanismo de enganche deducido de otras piezas conservadas. El tornillo que enlaza y gradúa todos estos esfuerzos es, como debe, de madera tallada aunque, suprema herejía, en madera tropical, mucho más estable que las disponibles procedentes del terruño.

El husillo del lagar de Igartubeiti

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Husillo del lagar y cabeza de la viga de prensado, con la tuerca exterior y basculante, sujeta con cuerdas

Se ha podido llegar a disponer de la documentación suficiente para reconstruir la totalidad del lagar de viga típico del siglo XVI a partir de los escasos restos que han llegado hasta nosotros entre la estructura del caserío y tras su comparación con otros elementos similares o complementarios de otros caseríos de la época, incluso en lagares de zonas de Castilla, Andalucía, Canarias o Portugal.
La pesa de piedra y la viga del lagar fueron diseñadas a partir de la investigación llevada a cabo a partir de la documentación y datos de campo, tras años de estudio. En cuanto a la primera, se eligió la roca de mayor densidad del lugar como es la ofita. En zonas adecuadas de la comarca se buscó un bolo natural propicio para su transformación, es decir coherente, de tamaño correcto, sin vetas ni fisuras, cercano a caminos o carreteras y sin demasiadas dificultades de extracción y adquisición. Se dirigió el corte y tallado en el taller y se elaboraron las pequeñas piezas de encastre al eje a partir de otros lagares similares.

El husillo en la planta baja

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El husillo del lagar pasa desde la planta alta a la inferior y se une a una gran pesa de piedra que descansa sobre el suelo, en un lateral de la cocina

Para la elaboración del eje roscado se tomaron los datos de los restos de otros ejes aparecidos años atrás en caseríos de la época, se diseñó la nueva pieza con arreglo a las nuevas medidas, se determinó la calidad de la madera, resultando ser el roble nuevo la más idónea. La pieza roscada de 6 mts de longitud se torneó en un taller especializado.
En la manufactura de la viga de roble nuevo de 10 mts de longitud y con una sección de casi medio metro en cuadro fue necesario buscar el árbol idóneo en Lapurdi ya que en los bosques habituales de suministro no existían ejemplares de tales medidas. El proceso completo desde la tala del árbol, pasando por su escuadrado en el aserradero hasta su transporte y colocación en el caserío fue objeto de un estrecho seguimiento y fue debidamente documentado, como cada uno de los otros ciclos de elaboración de los distintos elementos de la restauración.


Prentsako habea egiteko haritza

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Roble talado en Lapurdi para la viga de la prensa